Se trata de una combinación de cuatro sustancias químicas diferentes presentes en el aroma del vinagre y del vino. El entomólogo Peter Landolt, responsable del equipo de investigación del Agricultural Research Service del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), ha aislado dichas sustancias químicas que a continuación se han evaluado a través de numerosas pruebas de laboratorio y campo.
La mosca Drosophila suzukii es una especie autóctona de Asia oriental. En los años 80 apareció también en Hawái y en 2008 llegó a California. Desde entonces, se ha convertido en una amenaza para muchos frutos rojos, incluidas las uvas. Actualmente es motivo de gran preocupación entre los productores de vino de Alsacia, Borgoña y Côtes du Rhône.
Debido a su alto potencial reproductivo es una plaga dificil de controlar. Las hembras ponen sus huevos bajo la superficie de la fruta. La posterior alimentación de las larvas hace que las frutas se ablanden, magullen y arruguen.
El uso de cebos a base de vino y vinagre para capturar la drosophila no es nuevo como enfoque. Pero este trabajo ha sido el primero en estudiar los componentes químicos presentes en el aroma de los líquidos que atraen a esta mosca.
Tras analizar las diferentes sustancias químicas presentes en el vinagre de arroz y el vino Chardonnay, se observó que acetoína y metionol, en combinación con ácido acético y etanol, provocaban las reacciones de atracción más intensas. La formulación final del producto contiene estas cuatro sustancias. Según los investigadores, la acción de las sustancias mencionadas es sinérgica: la ausencia de sólo una de ellas determina un efecto significativamente menor. Los resultados de este estudio se han publicado en un artículo del número de febrero 2014 de la revista Pest Management Science.