Múltiples estudios han demostrado ciertos efectos de la música en el consumidor, como por ejemplo: tendencia a disminuir la ansiedad; impacto del volumen en el tiempo que se pasa en el supermercado; impacto de las variaciones del ritmo y del tipo de música (en particular de la música clásica) en el ritmo del flujo de tráfico en la tienda y el volumen de ventas.
Estos hallazgos han permitido explorar el impacto de la música en disciplinas como el Análisis Sensorial y, de hecho, es el propósito del trabajo de investigación descrito en este artículo.
Estudios han demostrado que el estilo musical influye en la experiencia sensorial; esto es, atributos organolépticos de un vino como acidez, dulzor, amargor, astringencia, post- gusto, aromas, etc., podrían percibirse de manera diferente de acuerdo con el ambiente musical del entorno.
Contar con un estilo musical que, en líneas generales, pueda corresponder positivamente a un nivel anímico y perceptivo de un vino es de notable interés en el campo del marketing. Saber comunicar las características o atributos de un determinado vino en un ambiente que lo favorezca, podría ser una herramienta de éxito para el aumento de ventas y de elección específica de un determinado bar/restaurante.
Desde el punto de vista técnico y más específicamente dentro del campo del Análisis Sensorial como disciplina científica, un ambiente controlado (libre de aromas, sonidos, etc.) genera una experiencia sensorial bajo la cual se trata de mitigar el factor subjetivo de la cata, sugiriendo que la evaluación de un mismo vino podría experimentarse con niveles distintos de objetividad dependiendo del tipo de evaluador (social o técnico) y del entorno (social, técnico).
Hoy en día la combinación de la música y el vino es ejecutada de manera profesional en distintas regiones vitivinícolas del mundo y sus resultados no sólo se limitan a un único nicho de mercado, ni a un estilo particular de consumidor.
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