El análisis metabolómico se ha convertido en una herramienta muy útil para facilitar el éxito de los programas de mejora genética de la vid. Lo ha demostrado un equipo de investigadores de la Fundación Mach en un estudio publicado recientemente en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry. Este grupo de investigación comparó algunas especies de vides americanas con las europeas y analizó más de mil compuestos, que incluyeron unos cien compuestos desconocidos. Con estos datos lograron evidenciar las diferencias entre variedades, lo que proporciona una información muy valiosa para conseguir buenos resultados en los cruzamientos.
 
En este estudio se investigó la composición de uvas tintas de cuatro especies nativas de América del Norte, y se comparó con un grupo de siete variedades de uva europeas, tanto blancas como tintas, así como con un grupo adicional de tres variedades de híbridos interespecíficos, mantenidas en condiciones agronómicas idénticas en las colecciones ampelográficas de la Fundación Mach.
 
Mediante el análisis metabolómico realizado con hollejos, semillas y pulpa de uvas maduras se pudo efectuar una comparación detallada de las composiciones de las diferentes especies. En efecto, gracias a esta técnica, se pudo estudiar un gran número de compuestos en un solo análisis, comprando incluso las concentraciones de compuestos cuya presencia no se esperaba. Este nuevo enfoque ha sido desarrollado por Luca Narduzzi como parte de su trabajo de doctorado en Ciencias Biomoleculares con la coordinación de Fulvio Mattivi, y con la colaboración de Jan Stanstrup para la parte estadística.
 
El trabajo ha evidenciado que las vides americanas casi no contienen procianidinas oligoméricas, es decir los taninos de las uvas y vino tinto, cuya presencia en los hollejos y semillas es esencial, ya que donan características organolépticas y conservabilidad. Esto puede explicar las dificultades que se encuentran en la producción de vinos tintos de calidad cuando en los cruzamientos se utilizan especies del Nuevo Continente.
 
Las variedades nativas de América del Norte también mostraron que no contenían terpenos, una clase importante de aromas. Por el contrario, por primera vez, en los hollejos y semillas de este grupo de vides americanas se detectó la presencia de 14 compuestos de la clase de los elagitaninos, que hasta ahora sólo se habían observado en Vitis rotundifolia. En este caso se trata de una clase de compuestos cuya presencia puede ser deseable: por lo general no están presentes en las bayas de las vides europeas, mientras que se encuentran en los vinos de crianza envejecidos en barricas de roble.
 
El artículo publicado en Journal of Agricultural and Food Chemistry se puede consultar aquí.