El enólogo sabe que el tiempo puede ser amigo y también enemigo del vino. Para muchos de los microorganismos que pueden alterar y estropear el vino, cuanto más tiempo pasan sin ser detectados, más daño pueden causar. Durante la vendimia las condiciones son particularmente favorables para que organismos no deseados entren en bodega y se desarrollen en tanques y barricas sin control. Estos microorganismos contaminantes pueden perjudicar la calidad del vino pero también la reputación de la bodega. La detección temprana es fundamental para proteger el buen hacer de la bodega.
Brettanomyces es inherente a la elaboración del vino, pero su presencia puede pasar desapercibida hasta que los efectos del 4-etilfenol y del 4-etilguayacol superan los límites de detección sensorial. La microbiología clásica, incluidos los medios de cultivo, requieren largos tiempos de espera para obtener resultados no concluyentes. Las tecnologías moleculares actuales, como la RT-PCR, son demasiado exigentes para implementarse en bodega. Todos los métodos actuales tienen dificultades para analizar vinos “jóvenes” durante la fermentación. Dadas estas limitaciones, los productores carecen de las herramientas de detección rápidas y precisas para gestionar de forma proactiva Brettanomyces.
Las bacterias lácticas (BL), como Lactobacillus, desempeñan un papel central en la calidad final del vino al intervenir en la fermentación maloláctica (FML), pero también pueden participar en otras reacciones bioquímicas importantes que dan lugar a la producción de altos niveles de ácido acético, diacetilo o piridinas responsables del gusto de ratón. Por otro lado algunas especias de BL, en particular Pediococcus, son capaces de producir aminas biógenas y polisacáridos que causan turbidez en el vino. Estos microorganismos tienen la capacidad de multiplicarse rápidamente y causar problemas en cuestión de días. La amenaza es particularmente preocupante en vinos de alto riesgo con niveles de pH elevados. La identificación rápida de estas bacterias lácticas con VINOPAL® , incluso durante la fermentación, permite a los enólogos tomar medidas correctivas inmediatas.
Los tests VINOBRETT® y VINOPAL® combinados con la tecnología VERIFLOW® ofrecen la posibilidad de realizar tests de rutina directamente en bodega durante todo el proceso de producción del vino y permiten monitorear la presencia de Brettanomyces, Pediococcus y Lactobacillus en todo momento. VINOBRETT® y VINOPAL® han sido desarrollados por la empresa Invisible Sentinel® en colaboración con Jackson Family Wines por y para los enólogos.
BioMérieux, empresa familiar creada en 1963, cuya experiencia en biología tiene sus orígenes en una historia empresarial que abarca más de un siglo, iniciada por Marcel Mérieux, ex alumno de Louis Pasteur, adquirió recientemente la empresa Invisible Sentinel®.
Esta adquisición permite a bioMérieux, líder mundial en el campo del control microbiológico en la industria alimentaria, poner su experiencia microbiológica al servicio de los productores de vino.
Fáciles de usar y con resultados disponibles en 4 horas, VINOBRETT y VINOPAL son las herramientas de referencia para el manejo proactivo de contaminaciones microbiológicas como Brettanomyces, Pediococcus y Lactobacillus.
Evita costosas medidas correctoras y preserva la calidad y el valor del vino.
Para más información:
https://go.biomerieux.com/ES-invisible-sentinel-infowine