Investigadores del “Department of Environment and Primary Industries”, en el Estado de Victoria en Australia, están aplicando el sincrotrón para estudiar el efecto de los taninos de la uva en el vino, dentro del ámbito de un proyecto cuyo objetivo es profundizar en el conocimiento sobre los taninos, su efecto sobre el sabor y sus interacciones con los componentes del vino.
La investigación, financiada por la GWRDC (Grape and Wine Research and Development Corporation) está por dirigida por Rachel Kilmister del DEPI Mildura.
El sincrotrón australiano, que se encuentra en Clayton, Melbourne, es una máquina que acelera los electrones a una velocidad similar a la de la luz. Los electrones son desviados a través de campos magnéticos creando una luz extremadamente intensa que se utiliza para estudiar la estructura de los taninos en solución y para entender mejor su grado de solubilidad.
El objetivo final de la investigación es desarrollar herramientas que permitan a los viticultores y enólogos una mejor gestión de la cantidad de taninos presentes en la uva y posteriormente en el vino.