En la industria agroalimentaria, la demanda por parte de los consumidores o compradores, de alimentos y bebidas frescos cuya inocuidad esté perfectamente garantizada, es la causa del desarrollo de nuevos procedimientos físicos de estabilización microbiológica. En enología, técnicas ya existentes como la filtración tangencial o la flash-pasteurización, pueden permitir una reducción significativa de las poblaciones de microorganismos en mostos y en el vino, permitiendo reducciones de las dosis de dióxido de azufre.