Desde hace un tiempo, asistimos a un fulgurante auge de las nuevas bebidas aromatizadas a base de vino. ¿Quién no ha notado los “rosado pomelo” en los escaparates de las tiendas este verano? En realidad, este fenómeno se ha ampliado considerablemente y excede ahora el consumo exclusivamente estival. Sobre este tema, la jefa de la Unidad «Economía y Derecho» de la OIV, Tatiana Svinartchuk, fue entrevistada el 7 de febrero en el marco del programa «On en parle «de la radio suiza.

Las «bebidas a base de vino» son bebidas obtenidas a partir del vino y pueden haber experimentado una aromatización, una edulcoración y una coloración. Son bebidas que tienen un grado alcohólico bastante bajo, comprendido entre 3,5 y 14,5. No está permitido el agregado de alcohol y el contenido mínimo de vino es de solo el 50 % del producto final. Existe una gran variedad de sustancias colorantes, edulcorantes y aromatizantes autorizadas. Por lo tanto, se trata de una categoría de productos muy amplia. Es importante notar que la palabra «vino» no se permite en la denominación comercial. Se habla así de «blanco melocotón» o «rosado pomelo» y no de «vino rosado aromatizado al pomelo» o de «vino blanco con sabor a melocotón.

La gama de productos incluida en la categoría «bebidas a base de vino» es muy extensa, tanto en términos de gusto como de calidad. Las definiciones de esta categoría a nivel europeo y a nivel internacional establecen únicamente los requisitos mínimos en términos de tipos de ingredientes y procedimientos autorizados.