En las últimas décadas los estudios sobre fisiología de la vid han permitido importantes avances en la mejora del manejo y calidad del viñedo. El estudio pionero sobre absorción de carbono e intercepción de la luz por la vegetación fue la base para el desarrollo de sistemas de conducción adaptados a las condiciones de cada zona. El concepto de equilibrio vegeto-productivo permitió modelar herramientas de gestión como poda, riego y portainjertos.
En la actualidad, nos enfrentamos a un clima cada vez más impredecible. Estas condiciones limitan los rendimientos y la calidad, planteando nuevos desafíos al sector. Los paradigmas también están cambiando. Entre las nuevas prácticas se encuentran el uso de genotipos con fenología adecuada para estas particulares condiciones climáticas y de variedades y portainjertos resistentes al estrés.
Manuela Chaves reconocida experta en ecofisiología de las plantas y profesora emérita de la Universidad técnica de Lisboa, en esta ponencia analiza las diversas herramientas a disposición con el fin de mitigar la excesiva incidencia de la luz solar y por tanto el estrés por calor: riego controlado, nuevos sistemas de conducción y de tratamiento de la vegetación, prácticas de manejo del suelo, así como el riego deficitario controlado que ha demostrado ser un instrumento muy eficaz, al permitir una mayor resistencia al estrés hídrico leve con mínimo impacto en el rendimiento y efecto positivo en la calidad.
Por otro lado expone la necesidad, para la producción de vino de calidad en estas condiciones de cambio climático, de realizar un seguimiento constante de los marcadores fisiológicos, con el fin de intervenir en el momento adecuado. Esos marcadores se basarán en un conocimiento avanzado de los mecanismos fisiológicos y moleculares de la respuesta de las plantas al medio ambiente, particularmente agua/temperatura.
Los actuales desafíos de la investigación incluyen el estudio de cómo el medio ambiente regula los genes y las proteínas de diversas vías metabólicas responsables del desarrollo y composición de las uvas y, por lo tanto, origina la calidad del vino. Para poder adaptar/mitigar los efectos del cambio climático será necesario adoptar estrategias múltiples que combinen las diferentes disciplinas que componen la viticultura.
La ponencia mostrada en este vídeo se presentó en el “International Congress on Grapevine and Wine Sciences” - ICGWS (Logroño, España, 7-9 de noviembre de 2018) organizado por el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV).
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