El raleo tardío de racimos es una práctica frecuentemente utilizada en los viñedos de las regiones semiáridas, ya que se considera que conduce a un aumento de solidos solubles y antocianos. Sin embargo, cuando se realiza en campo a menudo conduce a resultados poco concluyentes: en algunas condiciones se obtiene un incremento notable de la calidad, mientras que en otras condiciones no da lugar a los resultados esperados.

El objetivo de este trabajo era evaluar la influencia de la intensidad del raleo y del estado hídrico de la vid sobre el efecto que el raleo de racimos tiene sobre la calidad de la uva. El raleo tardío (CT) se realizó en  cuatro viñedos de Tempranillo durante cuatro años consecutivos. 

El efecto principal del CT fue un aumento de los sólidos solubles en las uvas y de la concentración de antocianos y fenoles. El efecto que el CT tuvo sobre estos parámetros estaba correlacionado con la intensidad del raleo, aunque estaban más estrechamente correlacionado con el estrés hídrico de la planta desde el envero a la cosecha, sobre todo cuando se comparaba con el estrés hídrico de las dos semanas con menor disponibilidad hídrica. 

Por tanto es necesario efectuar una estimación del grado de déficit hídrico que puede tener lugar entre el envero y la cosecha (teniendo en cuenta las directrices de la gestión hídrica del viticultor y las reservas hídricas disponibles en el terreno o para el riego tardío) con el fin de tomar las decisiones adecuadas con respecto al raleo de racimos, por lo menos en el ámbito de las condiciones de producción y de las condiciones hídricas de este estudio. En viñedos de secano o con poco riego el menor déficit hídrico podría ser uno de los principales mecanismos a favor del raleo de racimos

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