La mineralidad es sin duda uno de los aspectos más misteriosos y de mayor valor del gusto del vino, asociado muy a menudo con el concepto de terroir. Se utilizó la isotacoforesis para determinar los cationes minerales de dos vinos provenientes de viñedos con diferentes condiciones de suelo, con y sin “mineralidad” excepcional. Sin embargo se observó que la mineralidad no tenía nada que ver con los minerales. Se prestó más atención a la relación entre el estrés nutritivo de las levaduras y la producción de ácido succínico, que puede dar lugar a una diferencia final en el gusto del vino. Además la evaluación sensorial evidenció diferencias entre los vinos con niveles crecientes de ácido succínico. Se recomienda la lectura del texto completo