Los oomicetos son microorganismos filamentosos acuáticos que se alimentan de plantas y animales. Responsables de enfermedades devastadoras como el mildiu, estos patógenos son una amenaza real para la agricultura y especialmente para la viticultura.
En la actualidad no existe un tipo de lucha específico frente a estos organismos y el tratamiento de la enfermedad requiere el uso abundante de pesticidas tóxicos para el medio ambiente.
Sin embargo, la situación podría cambiar rápidamente. Un equipo de investigación francés (Unité mixte de recherche Inra/Université de Nice Sophia Antipolis/CNRS) ha identificado recientemente la actividad anti-oomicetica de una proteína producida ampliamente en el mundo viviente.
Esta molécula ha sido detectada gracias a un pequeño invertebrado que se encuentran en los trópicos, en lugares llenos de patógenos tales como estanques, pantanos o desagües: el caracol de agua dulce Biomphalaria glabrata. «Para asegurar la descendencia, estos moluscos ponen huevos en racimos y lo cubren con un gel protector. Mediante el estudio de su composición, se descubrió que una sola proteína, BgLBP / BPI1, representaba el 60% de todas las proteínas que componen la película protectora «, ha explicado Christine Coustau, director de investigación del CNRS y uno de los autores de un reciente artículo publicado en la revista PLoS Pathogens. Esta proteína ya era conocida por sus propiedades antibacterianas, pero una concentración tan alta atrajo la atención de los investigadores que han tratado de estudiar si presenta un rayo de acción más amplio.
En efecto, in vitro, cepas de oomicetos muy diferentes entre sí como Phytophthora, patógeno de las plantas, y Saprolegnia patógeno de los peces, no sobreviven a la exposición a BgLBP / BPI1. In vivo, huevos de caracoles en los que se inhibió la producción de la proteína fueron atacados por oomicetos, al contrario de los huevos que tenían una cantidad normal de la misma.
En efecto, la proteína ataca las zoosporas de los oomicetos que representan la fase móvil e infecciosa. Por tanto, la proteína puede curar directamente la enfermedad pero también evitar su propagación.
Por consiguiente, esta proteína puede llegar a ser un arma alternativa, ecológica y muy eficaz para proteger los recursos agrícolas frente a los oomicetos. De hecho, está atrayendo el interés de la industria fitosanitaria y ha sido objeto de una solicitud de patente por el INRA.
Baron O L, van West P, Industri B, Ponchet M, Dubreuil G, Gourbal, B, Reichhart J-L, Coustau C. 2013. Parental Transfer of the Antimicrobial Protein LBP/BPI Protects Biomphalaria glabrata Eggs against Oomycete Infections. PLoS Pathog 9 (12): e1003792. doi:10.1371/journal. ppat.1003792.