Se instaló una nariz electrónica en una bodega para la medición continua, in situ y en línea, de la evolución del vino.
El sistema se basa en un multisensor de óxido de estaño y un método de muestreo de espacio de cabeza modificado que extrae el aroma directamente de los tanques donde se conserva el vino y conduce automáticamente los compuestos volátiles a la célula del sensor.
Las ventajas de este sistema son la posibilidad de hacer un análisis continuo, in situ y en línea, sin la necesidad de tomar muestras de vino.
Resultados obtenidos con vinos Malvar y Garnacha mostraron que el sistema es capaz de detectar la evolución del vino durante 9 meses y que también puede detectar la aparición de defectos en el vino, permitiendo por tanto tomar lo antes posible las medidas correctivas necesarias para resolver la situación antes de que el defecto sea grave o irreversible.
Se llevó a cabo una correlación del sensor con el análisis GC-MS del vino para estimar de forma bastante precisa varios compuestos orgánicos volátiles (COV).
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Texto extraído del artículo original en inglés “Wine acidification methods:..
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