El Profesor Fernando Martínez de Toda publica un artículo en el que demuestra que el cambio climático permite producir dos cosechas al año, con 40-50 días de diferencia en las fechas de maduración y vendimia.
El principal inconveniente de la técnica de brotación forzada de las yemas de la vid es la pérdida de producción. Para evitar esta pérdida de rendimiento y no eliminar las uvas ya formadas en los pámpanos, es posible forzar el desarrollo de las yemas de alrededor del sexto nudo, pero manteniendo las uvas de los pámpanos principales. De esta forma, la producción de los brotes forzados se sumaría a la producción normal o primaria de los pámpanos. En este trabajo, se presentan las primeras experiencias realizadas sobre este tema en las variedades Garnacha, Tempranillo y Maturana Tinta en la DOCa Rioja (España).
Mediante una adecuada ejecución de la técnica de forzado de yemas en las variedades Garnacha, Tempranillo y Maturana Tinta, es posible obtener una segunda cosecha de los brotes forzados, que se sumaría a la primera cosecha de los pámpanos principales. La segunda cosecha representa alrededor del 30% de la cosecha primaria, lo que supone alrededor de 1 kg/cepa. En relación con el control no forzado, la cosecha primaria madura unos 13 días más tarde y la cosecha secundaria unos 40-50 días más tarde.
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