Según una reciente investigación australiana, ya es posible detectar y cuantificar la presencia de Botrytis resistente en el viñedo a través de una prueba rápida, fácil y económica, que permitirá ajustar o modificar los tratamientos con fungicidas tan solo una hora después de haber detectado la posible presencia de uvas afectadas.
Se trata de un método desarrollado previamente por la Universidad de Curtin para caracterizar la resistencia del oídio en el trigo y que en este proyecto, dirigido por Mark Sosnowski del instituto de investigación australiano SARDI, se ha adaptado para detectar Botrytis resistente a fungicidas.
Este análisis aplica la técnica La reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa (qPCR) para amplificar una mutación particular relacionada con la resistencia a fungicidas en Botrytis cinerea. El procedimiento es muy sencillo: cada una de las bayas infectadas se recogen del viñedo y se muelen a mano durante 30 segundos en un tubo. Se diluye la mezcla, se añaden los reactivos y se realiza una prueba de qPCR, que dura 50 minutos, mediante un instrumento qPCR poco voluminoso y ligero. El resultado sobre el estado de resistencia a los fungicidas se obtiene directamente en el ordenador.
Los resultados proporcionan a los productores información muy útil sobre la frecuencia de resistencia a la anilinopirimidina (AP) en una determinada parcela. Los fungicidas pertenecientes a este grupo químico son fungicidas muy activos utilizados frecuentemente contra una amplia gama de hongos. Estos datos permiten corregir o modificar el programa de aplicación de fungicidas establecido.
El método ha sido probado recientemente en algunas muestras de uvas de productores australianos y actualmente se está estudiando su aplicación, en colaboración con el equipo de investigación de la Universidad de Curtin dirigido por Francisco López Ruiz, al estudio de la resistencia del oídio a ciertos fungicidas. Virus, bacterias, hongos, oomicetos y pulgones son todos posibles objetivos de esta herramienta.