- El gluconato de cobre ha demostrado ser una formulación con resultados prometedores en la reducción del contenido de cobre en viticultura.
- Suelos con un pH menor presentaron una mayor vulnerabilidad a la contaminación por cobre.
- Optimizando la dosis de las aplicaciones se puede ahorrar un 20% de agua y más de un 25% de producto con el mismo nivel de control del mildiu en planta.
Tras algo más de dos años de desarrollo, el proyecto internacional COPPEREPLACE ha llegado a su fin con resultados prometedores para la reducción del uso del cobre en viticultura gracias al trabajo de 13 socios procedentes de Francia, España y Portugal.
La Plataforma Tecnológica del Vino ha liderado este proyecto en el que han participado Associaçao para o Desenvolvimento da Viticultura Duriense (ADVID), Institut Français de la Vigne et du Vin (IFV), Centro de Valorización Ambiental del Norte (CVAN), Universitat Politècnica de Catalunya (UPC-UMA), Vignerons Bio Nouvelle Aquitaine (SVBNA), Fundació Eurecat, Universidade do Porto (GreenUPorto), Universidad de Vigo (UVIGO), así como las bodegas Familia Torres, Jean Leon, Sogrape Vinhos y LBS (Gerard Bertrand).
Vilafranca del Penedés acogía así el evento de presentación de resultados del proyecto, que tuvo lugar el pasado 22 de febrero de manera presencial en el VINSEUM. Un evento en el que cada uno de los seis paquetes técnicos de trabajo presentó sus resultados para, a continuación, dar lugar a un espacio de debate en el que se trató la posible continuidad del proyecto, su relevancia a nivel internacional y algunos aspectos normativos estratégicos para afrontar el futuro del uso del cobre en viticultura.
Caroline Gouttesoulard, investigadora en protección de la vid en el IFV, hizo la primera presentación sobre los ensayos técnicos realizados en el campo y en el laboratorio con el objetivo de evaluar productos alternativos al cobre como agente de control de las enfermedades de la vid. También mencionó que algunos de los productos que mejor respondieron fueron formulaciones alternativas al cobre, como el gluconato de cobre (Glucosei) y el sulfato tribásico (Vicure), y reflexionó sobre la necesidad de continuar con este proyecto, destacando que «se necesita más tiempo y nuevas parcelas para comparar y tener datos más sólidos».
COPPEREPLACE también ha puesto el foco en los suelos, analizando un total de diez diferentes en función de su del pH y contenido en materia orgánica. David Fernández, profesor de la Universidad de Vigo, entidad que ha estado al frente de esta actividad, concluyó que, tras los ensayos, la vulnerabilidad de los suelos de viñedo a la contaminación con cobre aumenta al reducirse el pH del suelo añadiendo que “por encima de pH7, los efectos del cobre sobre la biota del suelo se redujeron significativamente”. Además, el uso de bioadsorbentes que incrementen el pH y contenido en carbono del suelo, pueden ayudar a reducir los impactos del Cu sobre la biota del suelo.
Por su parte, la Universidad Politécnica de Cataluña, representada por el catedrático Emilio Gil, ha liderado la actividad técnica centrada en la optimización de la distribución en spray de fitosanitarios concluyendo que el empleo de tecnologías innovadoras conjuntas (como el uso de mapas de vigor NDVI y las dosis variables según el desarrollo vegetativo de la planta o el empleo de microcápsulas), pueden ayudar a ahorrar producto (25%) y agua (20%) en las aplicaciones para el mismo nivel de control, traduciéndose en un beneficio económico y ambiental.
A continuación, Antonio Graça, director de I+D+i de Sogrape Vinhos S.A., presentó la actividad «Desarrollo e implantación de un sistema de gestión integrada con dosis bajas o nulas de cobre, adaptado a las condiciones de cada cultivo». Antonio Graça señaló que, aunque el cobre sigue siendo esencial para la protección de la vid, puede ser posible reducir su dosis, y el gluconato de cobre en asociación con aceite esencial de naranja mostró resultados prometedores en situaciones de presión moderada de mildiu. La presión de mildiu fue baja en los dos periodos en los que se desarrolló COPPEREPLACE, por lo que los resultados de los ensayos no pueden extenderse a todos los escenarios climáticos, lo que refuerza la importancia del contexto a la hora de definir una estrategia de protección fitosanitaria.
Por último, Cátia Santos, responsable del área de economía circular de ADVID, tomó la palabra para explicar cómo han liderado las actividades de evaluación del impacto económico, medioambiental y social de las nuevas técnicas de reducción del cobre en los viñedos. Para ello, se llevaron a cabo una serie de encuestas de las que se concluye que “con las nuevas tecnologías aplicadas se observa una optimización de la aplicación, menos pérdida de producto y menos contaminación”, añadiendo que la reducción del cobre se observó hasta en un 40% y podría llegar a un 60% con técnicas de precisión.
Mario de la Fuente, gerente de la Plataforma Tecnológica del Vino, puso el broche final al evento de presentación de resultados de COPPEREPLACE poniendo en valor la red de conocimiento, que se ha creado alrededor de esta iniciativa dentro del sexto paquete de trabajo, y de la que forman parte un total de 26 entidades, de carácter técnico y político, de 3 países diferentes.