En la jornada técnica de degustación emocional desarrollada por LAFFORT España donde se presentaron los resultados del proyecto científico resultante de la colaboración con el BCC Innovation del Basque Culinary Center, se presentaron las moléculas que pueden llegar a influir sobre las emociones a la hora de catar un vino tinto.
En la sesión online, con las 500 plazas consumidas para la jornada, 3 vinos tintos variedad tempranillo y en contacto con madera en alguna de sus fases de elaboración fueron degustados emocionalmente, vinos comerciales ya en mercado. Tras el análisis de los resultados “en directo”, los resultados fueron concluyentes: existen vinos que causan Disgusto y existen vinos que provocan Satisfacción.
258 respuestas fueron recogidas online. Mayoritariamente con catadores en rango de edad media y equilibrado en género, más del 60% de los panelistas decidieron aislarse entre amigos para la degustación emocional (Fig. 1 y 2)
Y ante la pregunta del linking, ¿cuánto te gusta este vino?, siendo 1 poco y 9 mucho, claramente dos vinos surgieron triunfadores:
- Vino 628: puntuación 5.91
- Vino 591: puntuación 5.83
- Vino 453: puntuación 4.46
¿Qué podrían expresar los degustadores para que los vinos 628 y 591 sedujesen emocionalmente?
Una emoción surgió como vínculo común para los 3 vinos degustados: La Curiosidad.
Lo interesante del resultado, no por si sola llamativa, fue que si este concepto estaba intrínsecamente unido emocionalmente de manera positiva hacia vinos que extrajesen la emoción de Satisfacción, vinos 628 y 591, esta misma curiosidad castigaba al vino 453 al lograr aflorar emociones de Tristeza y Disgusto en los degustadores presentes, derivando en una peor valoración a nivel de preferencia, a la vez que mostraba un mayor desequilibrio de frecuencia e intensidad en las emociones expresadas (Fig 3, 4 y 5).
Estos resultados demuestran que los amantes del vino, curiosos por naturaleza, desarrollan una preferencia emocional hacia aquellos vinos que logran cubrir sus expectativas, vinos que les llenan de satisfacción abarcando emociones positivas, vinos que otorguen sensaciones como la relajación, animación o afectuosidad. Cuando un vino no lograr cubrir esas expectativas, y emociones puntuales, negativas e intensas se expresan de manera mayoritaria, tales como tristeza o disgusto, el vino puede entrar en un desequilibrio emocional que conlleve a su rechazo.
Gracias a estas técnicas de autorespuesta verbal y al análisis de vinos emocionalmente atractivos, LAFFORT ha logrado identificar un Índice de Aromas Emocionalmente Influyentes (IAEI) que nos aporta información cuantitativa sobre la capacidad de un vino a generar emociones positivas y, por tanto, a incrementarlas o modularlas para un posicionamiento óptimo en el mercado de consumo.
A continuación puedes ver el vídeo de la jornada técnica. Ponentes:
María Mora investigadora del BCC Innovation, Basque Culinary Center
Victor Puente, Director Técnico Laffort España
David Molina, Director Outlook Wine