La degradación de los ecosistemas agrícolas ha generado una ruptura del equilibrio microbiano del suelo, generándose una bajada de la biodiversidad microbiológica. La fertilización orgánica busca alimentar a los microorganismos que a su vez interrelacionan con la planta y le aportan aquellos elementos que necesita.  
En este trabajo de Eva Navascués e Ignasi Salaet y publicado por l Fundación Cultura Líquida, se analiza la importancia de los suelos vivos en los viñedos, cómo medir la actividad microbiana y de qué manera incrementar la vida del suelo