Las “podredumbres secundarias” producidas por hongos ubiquitarios pertenecientes fundamentalmente a los géneros Aspergillus y Penicillium representan un peligro real al ser productores de metabolitos secundarios tóxicos como las micotoxinas y en particular la ocratoxina A (OTA), o desagradables como por ejemplo la geosmina. Los eventuales tratamientos “curativos” en bodega no son suficientemente selectivos y por consiguiente la contención en el viñedo de estos “micetos secundarios” representa la estrategia más adecuada. Recientemente un producto de eficacia demostrada contra botrytis ha sido autorizado para la lucha contra las podredumbres secundarias del racimo provocadas por estos hongos.