Varios estudios epidemiológicos asocian al consumo moderado de vino un efecto beneficioso para la salud. Estudios y trabajos clínicos realizados con animales indican que puede proteger frente a enfermedades cardiovasculares, arterioesclerosis, hipertensión, algunos tipos de cáncer, diabetes de tipo 2, trastornos neurológicos y síndrome metabólico. El mecanismo de acción ha sido atribuido a sus efectos antioxidantes, regulador de lípidos y antiinflamatorios. Se han estudiado una gran variedad de componentes del vino en modelos de enfermedades diversas. Se piensa que tanto los componentes alcohólicos como polifenólicos del vino contribuyen a estos efectos beneficiosos. El vino es una mezcla compleja, por tanto es posible que un elevado número de componentes químicos, así como sus metabolitos, trabajen de manera sinérgica influyendo sobre la salud . En resumen, aunque el consumo de vino puede presentar contraindicaciones para determinadas personas, el consumo regular de cantidades moderadas de vino podría proteger frente a determinadas enfermedades crónicas. Se aconseja la lectura del artículo completo